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Júpiter en Capricornio

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Asistimos, finalmente, a la caída de Júpiter en el signo de Capricornio. Más que una caída, se trata de una escalada. Por las rocosas, frías y ásperas tierras de Saturno . Con Júpiter en Capricornio las cosas se pondrán difíciles y deberemos forjar una paciencia tenaz. Una fría, sabia y calculada prudencia. O perderemos completamente los estribos. Esta parece ser la dinámica de tal posición planetaria. No en vano la encontramos en varias cartas de lo más inquietantes desde cualquier punto de vista. El gusto por el éxito y las alturas, una característica tan propia de Capricornio, tiene varias aristas. Comenzando por su elemento, la tierra cardinal, sabemos de la afinidad del signo de la cabra por el mundo material y todo lo que conlleva desenvolverse en él. Conoce sus leyes mejor que nadie, sus reglas, explícitas e implícitas, sus límites, sus tiempos y, sobre todo, su precio. Es inherente a Capricornio el apetito por la competencia y los logros o goals (Marte se exal

Temporada Piscis

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El último signo de agua, con sus islas de ensueños y hechizos de náyades. La regencia benévola de Júpiter y Venus en el templo de Neptuno . Los oleajes y los cantos lejanos que cierran la suite planetaria de Holst. Es el final del zodiaco y el caos disolvente se apodera de nuestras vidas. Ondas sutiles, contradicciones tan humanas como angélicas. En la inmensidad, en lo indefinido, cada cual en su océano propio. Descubriendo símbolos de apertura o clausura hacia una empatía infinita. La temporada Piscis es una suerte de Leteo al cual van a parar nuestros olvidos necesarios y secretos. Para que todo vuelva a comenzar purgamos lo arrastrado, lo que queda, en aguas de cierres y conclusiones. Damos pasos ciegos, brazadas en direcciones confusas. Las velas caen y fluimos a través de nuestras fragilidades. En la espera líquida nada empieza ni tiene forma aún. Pero inmersos en la música, la danza, los escenarios imaginados ¿o vividos? y el encanto de los ocasos intuimos tantas historias

Marte en Capricornio

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Marte, el planeta que gobierna nuestros deseos, llega a Capricornio. Si bien a este signo tradicionalmente lo rige Saturno, tiene a su vez mucha afinidad con la energía marcial. De hecho, la astrología tradicional enseña que Marte se encuentra exaltado en Capricornio. Por lo tanto, debemos buscar puntos de contacto entre lo que simbolizan ambos planetas para interpretar y aprovechar mejor esta influencia.  La ambición, por ejemplo. Tanto Marte como Saturno ambicionan, y mucho. Sin embargo, difieren no sólo en el modus operandi sino también en cuanto a los objetivos a alcanzar. Marte es el deseo espontáneo, sexual, bélico, colérico, impulsivo. Lo suyo es el fuego. El calor, el rojo, la sangre, el ego, el combate. Saturno es otra cosa. Tiempista, reflexivo, sabio, paciente, maduro, realista. Su vara es más alta y, entonces, más lejana. El planeta rojo se ocupa de nuestras necesidades inmediatas, nos mantiene batallando más que nada en el presente. En cambio, el amo del tiempo nos rode

Venus en Aries

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La Venus de los comienzos. Llega para contagiarnos todo el deseo y el ardor del primer signo de fuego, el primer cardinal. Se trata de una Venus que no pregunta, no pide permiso, no le importa, no mide, no lo hace adrede, no quiso herirte: ella acciona. ¿Y de qué manera? Como la guerrera que es. Su regente lo dice todo: Marte, el áspero, el intenso, el bélico, el colérico, el conquistador. Así que la verás tomar la iniciativa, invitarte, o mejor dicho invitarse, provocarte, desafiarte, darte el primer beso y ¡cuidado! también el primer golpe. Sin vueltas ni lamentos, sabe lo que es jugar con fuego y quemarse si es necesario, si vales la pena.  Venus en Aries viene a sacarnos del estado de ensoñación y magia en el que estuvimos con Venus en Piscis. Se trata de un tránsito planetario que moviliza, agiliza, acelera, late. Ahora es tiempo de dar los pasos arriesgados, de pisar el acelerador de los deseos. Por más románticos que parezcan, los amores imposibles no son de su agrado. Las ba