Entradas

Suscribite Banner

Marte en Virgo

Imagen
Marte de regencia mercurial y elemento tierra. Marte natal de tenistas, pianistas, escritores. De Bill Evans, Venus Williams, Friedrich Nietzsche, Ernest Hemingway. Marte en  Virgo  es estratégico, analítico, táctico, extremadamente crítico. Quienes nacen (nacemos, porque también es mi Marte natal ) con Marte en Virgo tienen excelentes cualidades para clasificar, sintetizar, ordenar. Su accionar siempre está cuidadosamente filtrado por el raciocinio, les cuesta canalizar los impulsos marciales  que comúnmente se relacionan con la espontaneidad, la agresividad y la competencia. Virgo es otra cosa: meticuloso, detallista, delicado . Estos atributos, créanme, conspiran y sabotean al antiguo dios de la guerra que todos llevamos dentro. Y, sin embargo, fue el Marte natal de Napoleón. Es cierto que lo tenía en aspecto a Júpiter en Escorpio, que lo fortaleció desde el signo marcial de agua. Las funciones de Marte en este signo son similares a las digestivas, que en astrología médica

Marte en Tauro

Imagen
Marte, tradicionalmente, se encuentra en exilio en Tauro. Es que el signo del toro es opuesto al domicilio marcial nocturno, es decir, al signo del escorpión. Lo mismo Marte en Libra, que se opone al domicilio marcial diurno, Aries. Sin embargo, es curioso lo que ocurre con su elemento. La tierra tiene características marciales. Es áspera, primitiva, muchas veces salvaje, gobierna los bienes y las riquezas. Y, como dicen, siempre es bueno tener los pies en ella.  No olvidemos, además, que Marte se exalta en Capricornio, como ya hemos visto en un post anterior. Todo Marte en tierra sabe que antes de avanzar debe acumular recursos, de cualquier tipo. Y cuando (finalmente) avanza, lo hace a paso firme, sin regalar un centímetro de lo suyo.  Marte en Tauro representa el encuentro entre la fuerza y la belleza. Se trata del Marte de muchos artistas y hedonistas, sensuales expertos en el arte de honrar a la diosa Venus. Es el Marte natal del gran director Herbert von Karajan, célebre por el

Sol en Sagitario

Imagen
Finalmente, el Sol llega a su morada de gozo, al signo de fuego mutable regido por el benévolo Júpiter. Signo de pensadores y guías, de quienes ven más allá de lo cotidiano y trascienden fronteras. También es el signo relacionado con Dios y las profecías, los asuntos religiosos, legales, éticos. Le corresponde por analogía la casa 9, que en la carta natal nos informa sobre las creencias personales y el sentido que le damos a nuestra vida. De hecho, muchos filósofos tienen planetas en casa 9, como es el caso de Kant, Nietzsche, Bergson, Russell, Wittgenstein, Adorno, Heidegger. Las personas de Sagitario siempre están buscándole un sentido a todo. Tienen una mirada muy amplia de la vida y una fe instintiva en ella. Aún cuando se presenten como ateas, creerán en algo. Poseen una curiosidad inagotable pero les cuesta descender a los asuntos más prácticos, rutinarios y del orden de lo mundano. Demasiado preocupadas por el bosque, pierden de vista el árbol.  En Sagitario encontramos las a

Marte en Capricornio

Imagen
Marte, el planeta que gobierna nuestros deseos, llega a Capricornio. Si bien a este signo tradicionalmente lo rige Saturno, tiene a su vez mucha afinidad con la energía marcial. De hecho, la astrología tradicional enseña que Marte se encuentra exaltado en Capricornio. Por lo tanto, debemos buscar puntos de contacto entre lo que simbolizan ambos planetas para interpretar y aprovechar mejor esta influencia.  La ambición, por ejemplo. Tanto Marte como Saturno ambicionan, y mucho. Sin embargo, difieren no sólo en el modus operandi sino también en cuanto a los objetivos a alcanzar. Marte es el deseo espontáneo, sexual, bélico, colérico, impulsivo. Lo suyo es el fuego. El calor, el rojo, la sangre, el ego, el combate. Saturno es otra cosa. Tiempista, reflexivo, sabio, paciente, maduro, realista. Su vara es más alta y, entonces, más lejana. El planeta rojo se ocupa de nuestras necesidades inmediatas, nos mantiene batallando más que nada en el presente. En cambio, el amo del tiempo nos rode