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Júpiter en Virgo


Ser ordenado puede llegar a ser excesivamente agotador
y a menudo me irrita mucho, pero no puedo evitarlo.

Dirk Bogarde


Déjenme contarles un poco acerca de este Júpiter un tanto tímido, excesivamente prudente, muy metódico, formal, bastante hipocondríaco y perfeccionista. Amante de la reserva, la higiene, la ironía y el buen té.

Dirk Bogarde, Júpiter en Virgo.
Recordemos algunas cuestiones que abordamos en el post anterior sobre este planeta. Sabemos que, según la astrología clásica, se domicilia en Sagitario y en Piscis. Que además se exalta en Cáncer. Por lo tanto, se exilia en Virgo y está en caída en Capricornio, dos signos de tierra. Lo cual prueba su afinidad con las características del fuego (expansión, energía, impulso) y del agua (intuición, sensibilidad, espiritualidad), no tanto con las de la tierra (pragmatismo, realismo) y el aire (racionalidad, comunicación, estética).

Júpiter nos hace abrazar grandes expectativas y lanzarnos a lo desconocido. Nos invita a soñar, a proyectar, a creer, a trascender las fronteras. De ahí que la tierra le es ajena. ¡Y Virgo es de tierra! La tierra es restricción, contracción, límites, solidez, estructura, estabilidad, prudencia, planificación. Un elemento más afín a las propiedades saturninas. Las personas que contamos con este Júpiter en la carta natal, al igual que las que lo tienen en Capricornio, sabemos que la buena suerte no es nuestro fuerte. Sin embargo, sabemos también que las carencias y las restricciones, bien administradas, pueden convertirse en virtudes nada despreciables. Una especie de sana mala suerte. Con un Júpiter en tierra, damos un salto en responsabilidad, seriedad, previsibilidad. Materializamos, concretamos, aseguramos. Somos dueños y esclavos de nuestras acciones. Para bien o para mal (normalmente algo intermedio, dada la mesura terrestre).



Pero volvamos a Virgo. Es un signo muy mental, regido por Mercurio. Cuidadoso, práctico, realista, casi pesimista. Se desarrolla en actividades que impliquen precisión, orden, meticulosidad, servicio, análisis, objetividad (bioquímicos, científicos, nutricionistas, médicos, bibliotecarios, personal de limpieza, cocineros, relojeros). Vemos a Júpiter en Virgo en quienes se destacan por el uso de su cerebro y sus manos: escritores (Sylvia Plath, William Faulkner), pianistas (Glenn Gould, Keith Jarrett), tenistas (Boris Becker, Venus Williams, Martina Navratilova, Steffi Graf), arqueros, golfistas, ajedrecistas. En Debussy y en Verdi, por ejemplo, conocidos por el cuidado del detalle en sus composiciones. En Dirk Bogarde, quien protagonizó siempre personajes muy virginianos, como en El Sirviente, Portero de noche, Accident, Sebastian. etc. En los ilusionistas Harry Houdini y David Copperfield, ya que magia y trucos le sobran a este Júpiter mercurial.

Durante el tránsito de Júpiter en Leo, todos nos volvimos un poco rockstars. Bueno, rockstars de nuestra época: youtubers, instagramers, etc. Cada cual, a su manera, brilló. Fue el tiempo del drama, de la exposición, de los nuevos romances. De jugar, de hacerse ver, de posar, de gustar. A Leo le gusta lo espectacular, lo único, lo que alimenta el ego, lo que tiene personalidad. Glamour, poder, dinero, joyas, privilegios. Lo individual por sobre lo colectivo. Muy al estilo de los cantantes y las estrellas (Julio Iglesias tiene Júpiter en Leo en Casa 10). Ya dejamos nuestra huella, nuestra marca, encontramos nuestra identidad. Con Júpiter en Virgo, la matriz energética cambia completamente. Del fuego leonino a la sensata, moderada, tierra virginiana. De los impulsos un tanto soberbios a la discreción que prefiere la humildad. Ya no soy el centro. En Virgo preparamos el terreno para lo que viene en el signo siguiente: el encuentro con el otro, en Libra. Ordenamos, nos ponemos en forma, organizamos nuestra economía, nos ocupamos del hogar, de lo cotidiano. Por eso con este Júpiter nos veremos en situaciones más prosaicas, rutinarias, metódicas, quizás un poco más aburridas que las de Leo, pero de ninguna manera menos importantes. Es el tiempo de empezar a entendernos como una pieza funcional a ese todo que nos incluye, a aportar nuestro grano de arena. Y hacerlo con esmero, dedicación, detalle y altruismo genuino.


La salud es un tema central para Virgo. En muchas representaciones de Mercurio (Hermes), su regente, se lo ve portando una vara similar a la de Esculapio, hoy símbolo de la medicina. Crowley encuentra este paralelismo también en la carta El Ermitaño del tarot, a la que asocia al signo. Como la influencia de Júpiter es esencialmente benéfica, es momento propicio para dietas, recuperaciones, rehabilitaciones. Y para una de las palabras favoritas de Virgo: prevenir. La búsqueda de un balance corporal, mental, espiritual. Por lo tanto, durante este año mejoremos nuestros hábitos, incorporemos límites. Si Leo es derroche, Virgo es economía. Tradicionalmente se asocia este signo a la pobreza, pero no es exactamente así. Virgo más bien es discreto, prudente; lo cual no necesariamente implica pobreza. En suma, tenemos por delante la oportunidad de desarrollarnos (Júpiter) de manera más racional (Virgo), priorizando la eficiencia, el trabajo y el orden. Tendremos muchas oportunidades en el ámbito laboral, especialmente en rubros mercuriales: revistas, diarios, bibliotecas, administración, hospitales, clínicas. Por lo tanto, a nutrirnos mejor y a sacarles chispas a nuestras neuronas. Virgo es un signo que piensa, y mucho. Debe ser el único exceso que tiene.