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Eclipse de Luna


Todo eclipse implica una intermitencia, una desconexión, una merma en la energía. Es que están implicadas las luminarias, el Sol y la Luna. Desde que tengo uso de memoria astrológica, como siempre digo, los eclipses me dejan enfermo, unos días antes o después. Es como si necesitara desprenderme de un estado de buena salud que ya no era tan saludable para mi evolución personal. La astrología, como dice Borges de la poesía, es algo que sentimos en la carne. Así que cuando me preguntaron si iba a escribir sobre el eclipse de Luna Llena, contesté que tal vez sí, pero que primero necesitaba recuperarme del eclipse de Sol.

Analicemos, por ejemplo, un eclipse en el signo de Acuario. Justo en el que se especializa en eclipsar(nos) todo el tiempo: nuestro sentido común, nuestro orden, nuestra estabilidad y, también, nuestra mediocridad. Acuario es la inconformidad en su estado más evolucionado e incluso civilizado. Todo lo contestatario, disruptivo y transgresor que posee jamás persigue un fin mezquino, y mucho menos, egoísta. En el eje Leo/Acuario aprendemos a expresar(nos), a crear(nos), a experimentar(nos), a deslumbrar(nos). Son dos signos que aman el arte, el drama y la comedia, el juego y esas cosas excéntricas, únicas, que nos diferencian del resto. Debemos tener en cuenta qué planetas se encuentran configurados al momento del eclipse; por ejemplo, si ocurriera junto a Marte en Acuario, retrógrado, mucho de lo que se desencadene a partir de este evento tendrá que ver con acciones pasadas, viejas historias, viejas sociedades, viejos romances. Tenemos la chance de hacer algo de manera distinta, algo que hicimos mal. También se trata no sólo de esperar sorpresas, sino de crearlas, ocasionarlas. Cuando hay planetas retrógrados en el aire, todo parece decirnos: otra vez. Ahora bien, qué y cómo. Y ahí es donde aparece Marte: actuemos acuarianamente, solidariamente, colectivamente, radicalmente. También vale la pena recordar que Acuario tiene como antiguo regente a Saturno. Digo esto, porque la condición del Saturno actual nos indica que estos finales darán lugar a algo que hemos trabajado arduamente, especialmente, si este planeta se encuentra en un signo de su afinidad, como Capricornio, Acuario o Libra. Los esfuerzos de esos días en los que creíamos que todo era en vano. Pero aún con dudas y temores, sembramos entonces en tierra saturnina, que es tierra áspera y empinada, pero (créanme) muy prolífica. Finalmente, enfoquemos esta energía en la casa eclipsada de nuestra Carta Natal para poder identificar mejor las áreas y situaciones que entran en juego.