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Las cuadraturas y la personalidad (Parte II: Tauro, Leo, Escorpio, Acuario)


Luego de haber abordado las cuadraturas cardinales (Aries, Cancer, Libra, Capricornio) en el post anterior, pasamos a las cuadraturas fijas, que corresponden a los signos de Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. Lo que aquí predomina es la energía de acumulación, conservación y estabilidad. Las personas nacidas bajo esta influencia tienen una fuerte inclinación hacia los temas relacionados con las posesiones y los valores (sean económicos o de cualquier otro tipo). Hay, por lo general, una reticencia al cambio y bastante terquedad, ya que son signos que buscan siempre profundidad y control, tanto en sus vínculos como en otros aspectos de la vida.

Tauro/Leo. Esta combinación no encuentra un planeta común, sin embargo, hay características similares en ambos signos. Tauro es sensual, cómodo, le encanta el placer y seguir estrictamente sus hábitos cotidianos. Leo también sabe de placeres, quizás más inclinados a la ostentación y el lujo, pero en definitiva hay un punto de encuentro. Se trata de dos sibaritas, dos que persiguen como nadie el disfrute de los sentidos y, por supuesto, también el dinero. Cuando se combinan la sensualidad corporal taurina y el glamour leonino, la persona destaca por su belleza y es probable que se desempeñe en actividades y profesiones en donde pueda desplegar su estética, elegancia, creatividad y diseño. Lo vemos en las cartas natales de muchas modelos y personas del mundo de la moda, el entretenimiento y el cine. Tales son los casos de Monica Bellucci, Brigitte Bardot, Claudia Schiffer y Laetitia Casta. La tensión solar / venusina además de terquedad puede generar conflictos entre los rasgos más definidos de la personalidad (representados por el Sol: orgullo, autoestima, carácter) y los deseos o asuntos conyugales (representados por Venus: gustos, romances, placeres). También cuesta sincronizar la naturaleza apasionada de Leo, inclinada a los asuntos del corazón, con la prudencia conservadora de Tauro, que prefiere los pies en lo tangible, lo material.

Leo/Escorpio. Estamos ante dos signos en los que predomina el poder. No es casual que en ambos esté representado el poderoso y transformador Plutón, por domicilio y exaltación. Es una combinación que crea mucho drama. La pose teatral y el talento natural de Leo para exagerarlo todo se conjugan con las conductas extremas y los excesos de Escorpio. Las personas nacidas con estos signos enfrentados se caracterizan por ser maestros de la manipulación y el control. Si acompañan otros aspectos negativos en la carta natal, pueden llegar a ser tiránicos y déspotas en muchos sentidos. Esta energía se canaliza muy bien en quienes deben ejercer roles de mando y resistir presiones, ya que tienen mucho coraje, seguridad en sí mismos y capacidad para enfrentar el dolor. Poseen una gran penetración psicológica y conocen como nadie los rincones más oscuros y sórdidos de la personalidad humana, lo cual es muy positivo en términos creativos y artísticos. Los casos de Dostoievsky, Sylvia Plath, Ezra Pound y Roland Barthes, son algunos de los ejemplos más significativos.

Escorpio/Acuario. Entre estos dos signos, muy transformadores, encontramos el planeta de lo original: Urano, por domicilio y exaltación. Urano es conocido por su capacidad para innovar, sorprender, inventar. Lo relacionamos con lo nuevo y propicia revoluciones y cambios (especialmente tecnológicos, sociales, colectivos). Las personas con estos signos suelen desencajar, poseen una rebeldía muy creativa, que les permite desafiar lo establecido para dar un giro copernicano. Por ejemplo, el inventor Thomas Edison tenía un stellium en Acuario y el ascendente en Escorpio. También vemos en estas personas un talento natural para las disciplinas alternativas y esotéricas, principalmente la astrología (el astrólogo Charles E. O. Carter tenía el Sol en Acuario en cuadratura a Júpiter en Escorpio). Es conocido el caso de Raymond Domenech (Sol en Acuario cuadratura Marte en Escorpio), el entrenador francés que utilizaba sus conocimientos astrológicos a la hora de armar sus equipos. Muchas veces son incomprendidos en su tiempo, pero más tarde sus ideas terminan imponiéndose. Tanto Escorpio como Acuario son dos buceadores en lo desconocido, quizás uno más intuitivo (elemento agua) y el otro más mental (elemento aire). La tensión marcial (escorpiana) / uraniana (acuariana) puede generar accidentes, conductas imprevisibles y excentricidades varias. Existe una gran capacidad para captar la energía colectiva y actuar en consecuencia, por eso también vemos esta combinación en las cartas natales de revolucionarios, activistas y pacificistas (Nelson Mandela, Lady Di, John Lennon).

Acuario/Tauro. No parece haber muchos puntos de contacto entre estos dos signos. No hay un planeta que los sintetice, pero podemos rastrear un remoto parentesco. Venus, regente de Tauro, era en la mitología la diosa de la belleza, nacida de la castración de Urano (planeta que rige a Acuario). En este sentido, el contacto sería similar al de Venus/Urano, un blend en el que el amor y la belleza se combinan con la originalidad y la libertad. Por eso muchos astrólogos ven en esta combinación nuevas formas del amor, no sólo la homosexualidad (entendida como liberación) sino también las conquistas colectivas en materia de derechos e igualdad de género, etc. Las personas nacidas bajo esta influencia se verán siempre en relaciones muy poco convencionales, incluso muchas veces desconcertantes, ya que Tauro inclina al apego y Acuario, por el contrario, al desapego. El costado más saturnino de Acuario tampoco es del todo ajeno a Tauro, dado que Saturno está cómodo en su elemento, la tierra. Ambos signos comparten ciertas características de este planeta, tales como resistencia y perseverancia, también terquedad. Como Tauro rige las posesiones y Acuario lo colectivo, una tensión entre ambos puede manifestarse en personas que ponen en evidencia las desigualdades económicas y sociales. Es el caso de Lenin, que en su carta natal tenía el Sol en Tauro en cuadratura a la Luna en Acuario. También el de Marx, que tenía Sol en Tauro y ascendente Acuario.