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About me & Décimo Doctor

Nací un 16 de junio. Como Alice Bailey, como el Bloomsday, como el bombardeo a Plaza de Mayo. Me pasé gran parte de mi vida haciendo lo que mejor saben hacer los mercuriales (sin saber que yo era uno de ellos): leer, comunicar y, por supuesto, enfermarse. El stellium en Virgo de mi carta natal, del que no era consciente hasta que tuve el Retorno de Saturno, siempre me predispuso a padecer enfermedades crónicas (el asma), que pude sobrellevar gracias a una suerte de "ángel guardián": Júpiter en Casa 12.

Mi encuentro con la astrología fue bastante tardío y accidental. Más tarde comprendería que en astrología nada es accidental. Jamás me dediqué a ella, al contrario: venía de una formación escéptica, académica. El retorno de Saturno trajo entre sus conocidas pruebas (madurar, aprender a perder, despertar, priorizar lo real) muchas preguntas dignas del bíblico Job. Ahí es donde, finalmente, elevamos la mirada a las estrellas. 

La indagación astrológica me llevó años. Estudié a los clásicos, a los modernos. Encontraba muchas contradicciones en sus manuales y tratados, que se parecían más a libros de poesía que de ciencia. Fue entonces cuando comencé a entender el concepto de tendencia, que formula tan bien el gran astrólogo Alan Leo. La astrología no era la ciencia de los pronósticos, sino la ciencia de las tendencias. Y entonces, ¿de qué servía conocerlas? De mucho. Así como el asma me había enseñado la importancia de conocer las condiciones (alimenticias, ambientales, mentales) que agudizaban o evitaban las crisis, del mismo modo la astrología señalaba las distintas influencias que pesaban sobre mi manera de actuar (Marte), mis límites y miedos (Saturno), mi mentalidad (Mercurio). Todo estaba ahí. Con la carta natal a mano, empecé a entender mis gustos, mis prejuicios. También mis talentos y debilidades. Y que muchas de mis debilidades en realidad eran talentos, y viceversa. Poco a poco llevé las investigaciones al campo de lo real. Día a día vivimos situaciones que tienen un plano astral que podemos consultar. Entonces descubrimos que cuando la Luna pasa por Escorpio priorizamos cuestiones de dinero, atracción y poder. Que cuando Marte aspecta mal, estamos cargados de energía y nos vemos envueltos en situaciones agresivas o peligrosas. Que Júpiter, transitando por el Mediocielo, promueve ascensos en el ámbito profesional.

Empecé a compartir estos conocimientos y experiencias bajo el pseudónimo Décimo Doctor (como un amigo me bautizó porque, según él, mi look parodiaba la décima encarnación de Dr Who). Debido a que el número de seguidores fue creciendo, la interacción aumentó considerablemente. Muchos de ellos me instaron a abrir este blog y como a mi ascendente Libra le gusta complacer a todos y mi Luna en Leo necesita feedback, accedí. Quizás por mi mediocielo canceriano, pero sobre todo por mi Sol geminiano, hice siempre demasiadas (e inestables) cosas a la vez: política, idiomas, estudiar durante 10 años la carrera de Letras sin recibirme, dar clases, trabajar en prensa. La influencia de Mercurio, el planeta del intelecto y la comunicación, ubicado en mi Casa 10 tuvo mucho que ver en todo esto. Así llegamos hasta hoy, momento en que la Luna está dejando el signo de Leo y por lo tanto toda esta información personal me parecerá absurda e insoportablemente llamativa bajo la Luna en Virgo, tan prudente y discreta. Pero había que hacerlo para aprovechar la retrogradación de Júpiter en Leo, que es una mirada retrospectiva e implica volver sobre nuestros pasos y recuerdos. Después de todo, este blog nació con Júpiter en Leo en su carta natal.