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Urano


Los contactos entre el Sol y Urano generalmente se viven con mucha sorpresa, ya que la energía en cuestión es muy difícil de manejar. En algún sentido, el Sol se acuarianiza, si me permiten el término. Lo cual no tiene demasiado que ver con su naturaleza, que se domicilia, se halla en su salsa, en el signo opuesto: Leo. Si el Sol representa el ego, la vitalidad, el calor, el orgullo, la generosidad y la creatividad, Urano representa cualidades opuestas, pero también complementarias: lo otro, lo colectivo, lo eléctrico, lo accidental, lo rebelde, lo contestatario.

Con el Sol conjunción Urano la energía circulante es novedosa, vanguardista, tecnológica. Podemos, por ejemplo, cambiar el celular. Adquirir un artefacto electrónico nuevo o lidiar con uno viejo que deja de funcionar. Se dan muchos desperfectos, en todo sentido. Urano descompone, desconecta, desestabiliza, desarregla, desorienta. Pero no para estancarnos, al contrario: siempre nos trae salidas inesperadas, la mayoría de las veces increíblemente positivas. Por eso muchos astrólogos consideran que Urano se exalta en el signo de las transformaciones radicales por excelencia: Escorpio. Sin embargo, es cierto que Urano gobierna mundos menos espesos que los que encontramos en las turbias y profundas aguas escorpianas. A Urano le encanta lo ligero, lo virtual, lo veloz, lo extraño y lo poco convencional.

Por eso, las personas que nacen con este aspecto Sol/Urano tienden a ser muy libres, a llevar la contra, a innovar a cada paso. Es el caso del poeta Isidore Ducasse, conocido como Comte de Lautreámont: con el Sol y Urano (ambos en Aries), a muy temprana edad escribió sus Cantos de Maldoror, una obra que tuvo gran influencia mucho después de su muerte entre los surrealistas franceses. Y hablando de poetas, también tenía esta conjunción Stéphane Mallarmé, de quien Paul Valéry dijo que con su poema Coup de dés buscó “elevar una página a la potencia del cielo estrellado”. Este destino futuro es típico de los uranianos, casi siempre incomprendidos en su tiempo. Lo vemos también en el gran arquitecto francés Le Corbusier, del que ya hemos hablado en un post anterior. Esta capacidad de asombro y experimentación lleva a muchos de ellos a destacarse en la ciencia, son artífices de grandes avances en el campo de la investigación, como Louis Pasteur, a quien le debemos la pasteurización, o Dimitri Mendeleyev, creador de la tabla periódica de los elementos. También el neurólogo alemán Alois Alzheimer, que identificó los síntomas de lo que luego se conocería como enfermedad de Alzheimer.

Con el tránsito del Sol junto a Urano debemos tener en cuenta que las cosas probablemente no salgan como las planeamos. Lo cual no es, necesariamente, malo. Al contrario. Puede ser el momento de dar los pasos atrevidos, esos que estábamos por dar y por diversas razones nunca dimos. Se despierta en nosotros una visión más social y comprometida del mundo. Queremos modificar nuestro entorno y por eso nos mancomunamos con otros. La zona de la carta natal donde tenemos el signo que transita Urano entrará en un proceso revolucionario y lo peor que podemos hacer es actuar de manera conservadora. Por ejemplo, en mi carta natal este tránsito sucede en mi casa 7, de modo que debo inferir rupturas y nuevos comienzos con socios, pareja, adversarios. En términos más concretos debemos tener cuidado al realizar actividades de riesgo, ya que durante esta influencia suelen ocurrir accidentes, golpes, caídas, quemaduras, roturas, etcétera. Esto es así porque la influencia eléctrica, positiva, disruptiva e irreversible de Urano tiene más que ver con romper que con arreglar. Y, sin embargo, notaremos que al romper arreglamos mucho. Descubriremos cuán atados estábamos a situaciones (léase también personas / cosas / ideas / hábitos) que al final agradeceremos haber dejado atrás.