Suscribite Banner

Luna en Aries



Cuando la Luna se encuentra en signos de fuego, nuestros comportamientos emocionales se vuelven poco afines a su esencia. El fuego es activo, expansivo, extrovertido, pionero, aguerrido, orgulloso, entusiasta, luminoso por naturaleza. La Luna, por el contrario, se siente más cómoda en elementos femeninos, receptivos, nocturnos, intuitivos y domésticos: el agua y la tierra. Por eso se domicilia en Cáncer (agua) y se exalta en Tauro (tierra).

Las Lunas de fuego se caracterizan por desarrollar un ego fuerte, con una necesidad de heroísmo y brillo personal que puede resultar chocante e irritante. Los planetas que rigen los signos de fuego juegan un papel importante con estas Lunas. Muchas veces, los efectos de tener la Luna en signos de fuego son similares a los de tenerla aspectada por sus respectivos planetas regentes. Por ejemplo, La Luna en Sagitario activa el contacto Luna/Júpiter, de modo que mucho de la vida emocional de la persona puede entenderse si prestamos atención a esa relación planetaria.

La Luna en Aries simboliza el contacto Luna / Marte. La impulsividad es lo que se destaca en ella. La energía marcial no es afín a la lunar, por lo tanto las cualidades del planeta rojo pueden expresarse mal y provocar ira, caprichos, ansiedad y violencia. La clave de la Luna en Aries radica en sus deseos, que son fuertes y necesitan con urgencia su satisfacción. Por eso la persona con esta Luna tenderá a competir en el campo emocional, como así también a vincularse con los demás de manera rápida y directa. Como contrapartida, le costará sostener esos vínculos en el tiempo. La Luna y Marte también indican que la seguridad personal pasa por los desafíos, que pueden ser deportivos o, si no lo son estrictamente, al menos se desarrollan como si lo fueran. Es una Luna que inclina a actuar (encender, dominar, conquistar) antes que a sentir o razonar. Lo cual lleva a cometer acciones que más tarde se lamentan. Generalmente vemos esta Luna en quienes prefieren mandar, o al menos estimular, animar, motivar, dado el gran caudal energético que les aporta Marte. El entorno familiar (representado por la Luna) también suele estar ligado a temas marciales: situaciones de violencia, infancia deportiva, padres autoritarios o muy dominantes, parientes conflictivos.