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Júpiter y Urano en Tauro



Finalmente, Júpiter alcanzó a Urano, formando una conjunción en el grado 21 del signo de Tauro. Recordemos que las conjunciones de planetas de estas características se van dando gradualmente, de modo que sus efectos suelen sentirse un tiempo antes y, por supuesto, continuar después. Cuando llegan a coincidir en el mismo grado, se dice que la conjunción se perfecciona, lo cual puede coincidir con algún evento significativo en nuestras vidas, al menos, en el sentido representado por el tránsito.

Este aspecto refuerza la posibilidad de expandirnos en términos materiales y económicos, por lo general, a través de oportunidades y alternativas sorpresivas, incluso disruptivas. Su influencia promueve el apetito por el riesgo, nos empuja a dar ese salto para renovar nuestras fuentes de recursos. Esta vez, para establecernos de manera diferente, con vínculos, valores y placeres que a partir de hoy tendrán una consistencia inusual, una corporalidad distinta. Más libre, genuina y original. Tenemos la chance de materializar los cambios que hicimos (muchos de ellos sin darnos cuenta). Verlos y vernos crecer. Lenta pero, al fin, decididamente. 

Las finanzas y las inversiones se vuelven temas centrales, surge una suerte de urgencia por actuar, pero en sintonía con fines y metas de largo alcance, ya que Tauro es el signo de la acumulación y la preservación. La necesidad de hacer un cambio radical, como sabemos, algo bien uraniano, en la forma en que nos ganamos el pan o en que le damos valor a las cosas, de las más simples a las más complejas o concretas. Miremos a nuestro alrededor, apreciemos lo que hemos logrado con tanto esfuerzo. Recobraremos el coraje para proseguir hacia objetivos que hoy nos parecen lejanos pero insinuantes, promisorios, tangibles.

La conjunción de Júpiter y Urano en Tauro, dada su naturaleza venusina, nos impacta no sólo en la casa que contiene al signo en la Carta Natal, sino decididamente en torno a nuestra Venus Natal. Se activan las dotes de este planeta vinculadas a la sensualidad y la seducción, así que nos volvemos más susceptibles a las cosas buenas y bellas de la vida: agradar, relacionarnos, desearnos. Un encuentro bajo estas estrellas tan expansivas y renovadoras como hedonistas, seguramente nos sea propicio y muy gratificante para nuestros sentidos.