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Júpiter en Libra


La balanza empieza a inclinarse hacia el signo de la balanza. El gran benéfico, Júpiter, entra en Libra. Termina un largo período de orden, síntesis, limpieza y, en cierto punto, austeridad. Claro, Júpiter atravesó su exilio en Virgo, según las leyes clásicas de la astrología. Tuvimos que acostumbrarnos a que todo lo que simboliza este planeta (abundancia, expansión, suerte, excesos, fe) se nos presentara en forma moderada, atenuada, incluso contraria a su propia naturaleza. Es que Virgo gobierna cosas bien distintas: la humildad, los límites, el trabajo, el servicio, la salud.

Roger Federer, Júpiter en Libra.

Para empezar, Júpiter en Libra es de modalidad cardinal y pertenece al elemento aire; lo cual nos indica que su naturaleza es, por un lado, emprendedora y activa pero, por otro, también vincular y social. Salimos de cierta estabilidad (tierra mercurial) y pasamos a cierta movilidad (aire venusino/saturnino). Digo cierta porque Virgo es la tierra menos fija de todas las tierras y si bien Libra tiene la ligereza del aire, también está regido por un planeta estable, lento y pesado como Saturno. En este sentido, se trata de un Júpiter que puede traer ciertas dificultades para hacer pie en el mundo. Su fuerte, naturalmente, son las relaciones (de todo tipo): fraternales, sociales, conyugales, societarias.


Las personas con este Júpiter natal tienen una notable capacidad para encontrar rumbos y oportunidades a través de sus parejas y socios (a menudo, sus parejas se vuelven sus socios, y viceversa). Especialmente, si en la carta natal hay un marcado componente venusino u otros indicadores que inclinen a la persona en este sentido (por ejemplo, más planetas en aire o ubicados en el hemisferio derecho, etc). En este caso, además de facilitar los vínculos, Júpiter en Libra proporcionará desarrollo y éxito en ámbitos relacionados con la estética, el arte, el diseño. Por ejemplo, muchos músicos, artistas, actores y modelos nacieron con este Júpiter natal: Mozart, Freddie Mercury, Prince, Madonna, Brigitte Bardot, Christina Aguilera, entre otros. Si, por el contrario, prevalece la influencia de Saturno, el nativo tendrá un fuerte apego a la estructura, la ley y el poder. Algunos ejemplos de este tipo son George W. Bush, Donald Trump, Bill Clinton. Generalmente, los principios representados por estos dos planetas (Venus y Saturno) no confrontan tanto en este signo y suelen combinarse bastante bien, sobre todo en términos profesionales. Venus aporta el balance, el contacto, la gracia, la elegancia; Saturno, los contratos, el esfuerzo, la disciplina, la jerarquía. Lo vemos en el caso de Roger Federer, quien posee a Júpiter en conjunción a Saturno (ambos en Libra): el tenista suizo no sólo es reconocido por su inconfundible estilo y balance (Venus) sino también por sus logros (Júpiter) y su prestigiosa carrera (Saturno).


Los astrólogos suelen decirnos que el tránsito de Júpiter en Libra favorece a los librianos y a los demás signos de aire (Géminis, Acuario). También a los de fuego (Aries, Leo, Sagitario), pero siempre es mejor considerar cada caso individual mediante la carta natal. Por ejemplo, puede que una persona tenga el Sol en Cáncer, un signo de agua, pero su Júpiter natal en Libra. De modo que, si bien a nivel solar quizás no sienta esta influencia de manera tan positiva, casi seguro experimentará una etapa de crecimiento personal (obviamente, dependerá también de los aspectos, las casas implicadas, etc). Como sea, comienza un año para crecer a través de nuestros vínculos con los demás. Nuevas historias de amor, nuevos emprendimientos, nuevas compañías, nuevas reglas. También nuevos placeres, nuevos derechos, nuevos compromisos. Sentiremos que el viento sopla en esa dirección. Libra es aire cardinal: tenemos mucho por comenzar. Pero venusinamente, de a dos.