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Luna en Escorpio


La Luna en Escorpio tradicionalmente se considera en caída. Esto quiere decir que se encuentra en el signo opuesto al de su exaltación, Tauro, que se considera la mejor posición (junto a su domicilio en Cáncer) para la Luna, por reunir este signo características afines a las lunares: nutrición, corporalidad, sustancia, contacto, refugio, estabilidad, seguridad, calma, ganancias, placeres. La Luna en Escorpio se nutre de la energía exactamente opuesta: poder, crisis, transformación, miedo, dominación, extorsión, pérdida, angustia, intensidad, regeneración, sexualidad, displacer, insatisfacción. Agreguemos además que los regentes también son distintos para cada signo: la Luna en Tauro, tiene como dispositora a Venus, benéfica y pacífica; la Luna en Escorpio al violento Marte y al intenso Plutón.

Durante el tránsito de la Luna en Escorpio lo que se pone en juego es la intensidad de las situaciones y sobre todo de las emociones. Los escenarios y personajes implicados pueden variar de acuerdo a las casas astrológicas que el signo ocupe en cada carta natal, pero allí donde tenemos a Escorpio hay una cuestión de poder.

¿Cómo se ejercerá ese poder? Puede que, de acuerdo a su significación tradicional, implique asuntos con mujeres, probablemente de la familia. Mujeres poderosas o capaces de influir en personas poderosas. Los temas financieros tienen también una especial afinidad con esta Luna. Dineros y bienes del cónyuge o de otros aparecen como motivos recurrentes en estos días. También el sexo. La posibilidad que nos brinda la Luna en Escorpio es la de conectar con nuestras demandas emocionales y regenerarlas. Es una buena oportunidad para renovar o rever la confianza en algo o alguien. Todas las situaciones que impliquen fusión, intensidad y nos lleven a extremos son factibles. Es mejor canalizar esta energía en actividades positivas, porque con Escorpio hay peligro de actitudes autodestructivas.

Con la Luna en Escorpio la intensidad pasa por lo que no se dice, por esas profundidades sugeridas. Caudales emocionales que se alimentan de silencios acumulados. Pasiones subterráneas que desatan violentas mareas.