Suscribite Banner

Sol en Escorpio


Entender a Escorpio no es fácil. Y antes de entenderlo, te cae bien o te cae mal. O mejor dicho, le caes bien o mal. Lo cual es mucho más peligroso, pero a la vez excitante. Hay algo que debemos saber antes de relacionarnos con este signo: para bien o para mal, nada volverá a ser igual después de su paso por nuestras vidas. Para Escorpio tampoco, porque decide transformarse a la par de aquello que transforma.  

Se trata de un signo de agua, pero antiguamente se lo asociaba también al elemento fuego, sobre todo por la regencia tradicional de Marte. Planeta que en este signo encuentra su domicilio nocturno, lo que de antemano nos da una buena perspectiva de su accionar: motivaciones y jugadas premeditadas, ocultas, subjetivas, intuitivas, hondas, a contramano de lo solar, espontáneo, superficial. Como es un signo fijo, su energía es de acumulación, por lo que sus nativos tienen una gran habilidad para hacerse de poder. Y sobre todo, para utilizarlo. Son excelentes estrategas, calculadores y tienen una gran destreza para manipularte.

Actualmente la astrología asocia a Plutón con Escorpio. Este planeta confiere su lado más transformador. Es casi seguro que personas con mucha energía escorpiana en su carta natal pasen por experiencias traumáticas en su vida, que las obliga a cambiar drásticamente de hábitos, relaciones, conductas. No en vano muchos astrólogos creen que Urano, planeta de los cambios radicales y las revoluciones, se exalta en este signo. El eje simbólico de muerte y resurrección es totalmente escorpiano. Plutón es el antiguo dios del inframundo, por lo tanto, estas personas como buenas plutonianas, tienen un interés especial por los asuntos que están más allá de lo terrenal: la muerte y todo lo que se deriva de ella son sus temas favoritos. De hecho, suelen optar por ocupaciones y profesiones en las que se necesita una gran capacidad de investigación, intuición y fortaleza de carácter: por ejemplo, psicología, psiquiatría, cirugía, derecho penal, tanatología.

La combinación de Marte y Plutón le da a este signo un volumen erótico y sexual muy alto, es probablemente el más apasionado del zodiaco. Pero su pasión no es visible a ojos de todo el mundo, prefiere operar con mucho control personal, bulle en su interior como un volcán amenazante. Cuenta con sutiles técnicas de atracción y gracias a su magnetismo personal consigue casi siempre lo que se propone. Marte es el deseo, Plutón el poder, de modo que estas dos herramientas son fundamentales para Escorpio. Tanto Marte como Plutón influyen además en su aspecto físico: destaca principalmente por su mirada penetrante y profunda (plutoniana), con ciertos destellos rojizos (marciales) en sus ojos y en sus cabellos. La nariz suele ser aguileña y los rasgos, sobre todo sus cejas, tienen cierto aire diabólico que recuerda las gárgolas de las catedrales. Su vestimenta también se nutre de esta oscuridad plutoniana. Prioriza el rojo y el negro, y su estilo es siempre insinuante, misterioso, un tanto gótico. Este parecido con el mítico Pan, dios pastoril de la antigüedad y fauno lascivo que raptaba ninfas y asediaba los rebaños, no es accidental: muchas de sus características son esencialmente escorpianas, sobre todo su sensualidad y virilidad, encarnadas en la imagen del macho cabrío (elementos asociados al planeta Marte).

La temporada Escorpio viene a profundizar todo aquello que iniciamos en el signo cardinal anterior, Libra. Tiempos en los que las aladas y perfumadas palabras de Cupido propiciaron exquisitas galanterías y nuevos cortejos. Escorpio necesita dar pasos hacia otro nivel. Y no justamente superior. Quiere hacerte descender a tus oscuridades, desnudarte las intenciones, conocerte visceralmente, arrastrarte a tus extremos. Por eso, bajo este Sol debemos atravesar crisis, ya sean de identidad o vinculares: devienen rupturas, reformas, reencuentros, renacimientos. Cada cual vive ––a su manera–– su propio purgatorio. Sufrimos reveses, expiamos culpas, las grietas arden bajo nuestros pies, los abismos se extienden ante nuestra vista. Pero no es el final, nunca lo es. Es el paso a lo siguiente, y muchas de las mejores cualidades de Escorpio están íntimamente ligadas no sólo con la muerte sino también con la vida: la voluntad, la pasión, el sexo, el poder. Por supuesto, también el dinero y los recursos. Así que aprovechemos y como Dante naveguemos por nuestros ríos ocultos y prohibidos, seguramente encontremos miserias y dolores pero también placeres secretos y unas cuantas verdades que nos devolverán la fuerza y la vitalidad para volver a transformarlo todo.