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Luna Nueva en Cáncer



Introducción

Estamos ya con la Luna en conjunción al Sol, lo que en astrología llamamos Luna Nueva. Las Lunas Nuevas se consideran fértiles, momentos propicios para sembrar. Va desde una perspectiva más bien concreta (cultivos en la tierra) a una mucho más amplia (ideas, proyectos, relaciones).

El beso entre el Sol y la Luna señala que las energías principales de nuestro cielo, las luminarias, trabajan en conjunto. Es el encuentro entre la individualidad y la personalidad. Entre lo que somos y lo que sentimos. Esta siembra estará en gran medida condicionada por el signo en el que se da la conjunción.

Hay varias formas de interpretar cada Luna Nueva, como sucede con casi todos los tránsitos planetarios. Muchos astrólogos confeccionan horóscopos generales para cada signo. Esto tiene sus alcances, pero también sus limitaciones. Lo que hacemos es tomar a un signo como si fuera el primero del círculo zodiacal; es decir, lo ubicamos en la casa 1. De esta manera, para los taurinos una Luna Nueva en Tauro tendría implicaciones en su casa 1, afectando a su zona del ego, la personalidad, los deseos, el impulso, su imagen social, incluso su aspecto físico. Pero si un taurino tiene ascendente Géminis, la influencia recaería no del todo en la casa 1 sino también en la casa 12 (misticismo, espiritualidad, servicio, enemigos ocultos).

Ninguna técnica excluye a la otra, al contrario: en astrología, cada símbolo aporta su pieza a este gran rompecabezas que es el universo. De hecho, no sería raro que ese taurino experimentara este tránsito lunar como un mix energético entre las casas 1 y 12. Algún punto de contacto entre su necesidad de afirmarse o emprender algo nuevo (casa 1) y, quizás, un romance secreto (casa 12). O entre su imagen social (casa 1) y sus enemigos secretos (casa 12). Sin embargo, la manera más segura de proceder es a través de la Carta Natal, ya que no sólo vemos las casas afectadas (las que poseen el signo en el que ocurre la Luna Nueva) sino también si la Luna aspecta algún planeta, especialmente por conjunción.

Luna Nueva en Cáncer

En esta ocasión, el novilunio se da en el segundo signo cardinal y en el primero de agua. Una gran oportunidad para comienzos fértiles, ya que el Sol, la Luna y Venus conforman un stellium en el signo del cangrejo. La temporada Cáncer, como ya vimos en otro post, se trata de un pasaje del conocimiento al sentimiento, ya que no nos alcanzan las palabras del aéreo y mercurial signo anterior, ahora necesitamos adentrarnos en las emociones, como corresponde al elemento agua. Esta Luna Nueva toca nuestra fibra interior, se trata de los afectos más cercanos y los círculos cotidianos, la memoria, el pasado, las raíces y los orígenes. Durante este tiempo, seguramente nos veamos involucrados en un nuevo capítulo, pero de una vieja historia. Esta es la paradoja de Cáncer: avanzar pero con un pie atrás, firme en lo ya recorrido, en tierra, o mejor dicho, agua segura por si acaso. Se activan nuestros deseos de pertenencia o de sentar las bases de un hogar o hábitat propio, sea en el plano familiar o laboral. Aquí se reporta Saturno, pero desde el ilusionista y empático Piscis, para dar una forma más sólida aunque no por ello menos comprensiva a nuestros vínculos, especialmente aquellos de parentesco. Venus en Cáncer contribuye a disolver las diferencias de otro tiempo, propicia encuentros que subsanen antiguas heridas. Repasemos la zona de nuestra Carta Natal en donde tenemos a Cáncer, la casa que lo contiene y estemos preparados para aprovechar los dones de este signo intuitivo, protector e introspectivo. Descubriremos la importancia ya no tanto de entender sino de comprender, de sentirnos parte.