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Luna en Leo

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Mis gustos son muy simples: me conformo con lo mejor. Oscar Wilde Ya se percibe en el aire un tono dramático, un intenso deseo de gustar, de brillar, de ser especial. Se despierta en nosotros la necesidad de acaparar todas las miradas, de obtener reconocimiento y ganarnos nuestro merecido aplauso. Es que hoy tendremos en el cielo nada más y nada menos que la Luna en Leo. La Luna que tenía Luis XIV de Francia, llamado el  Rey Sol , a quien se le atribuye la frase: "El Estado soy yo". Así que antes de hablar de Leo, extendamos la alfombra roja a sus pies. La energía solar representa nuestro ego, por lo tanto la Luna en Leo indica una posición emocional en la que el nativo necesita brillar, destacarse, sentirse único, conocerse y ser él mismo. Las personas con esta Luna son muy sensibles a los elogios y al reconocimiento, por lo tanto harán todo lo posible por obtenerlos, por granjearse su público. No les será difícil porque el Sol como regente los dota naturalme

Luna en Aries

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Cuando la Luna se encuentra en signos de fuego, nuestros comportamientos emocionales se vuelven poco afines a su esencia. El fuego es activo, expansivo, extrovertido, pionero, aguerrido, orgulloso, entusiasta, luminoso por naturaleza. La Luna, por el contrario, se siente más cómoda en elementos femeninos, receptivos, nocturnos, intuitivos y domésticos: el agua y la tierra. Por eso se domicilia en Cáncer (agua) y se exalta en Tauro (tierra). Las Lunas de fuego se caracterizan por desarrollar un ego fuerte, con una necesidad de heroísmo y brillo personal que puede resultar chocante e irritante. Los planetas que rigen los signos de fuego juegan un papel importante con estas Lunas. Muchas veces, los efectos de tener la Luna en signos de fuego son similares a los de tenerla aspectada por sus respectivos planetas regentes. Por ejemplo, La Luna en Sagitario activa el contacto Luna/Júpiter, de modo que mucho de la vida emocional de la persona puede entenderse si prestamos atención a es

Venus en Aries

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La Venus de los comienzos. Llega para contagiarnos todo el deseo y el ardor del primer signo de fuego, el primer cardinal. Se trata de una Venus que no pregunta, no pide permiso, no le importa, no mide, no lo hace adrede, no quiso herirte: ella acciona. ¿Y de qué manera? Como la guerrera que es. Su regente lo dice todo: Marte, el áspero, el intenso, el bélico, el colérico, el conquistador. Así que la verás tomar la iniciativa, invitarte, o mejor dicho invitarse, provocarte, desafiarte, darte el primer beso y ¡cuidado! también el primer golpe. Sin vueltas ni lamentos, sabe lo que es jugar con fuego y quemarse si es necesario, si vales la pena.  Venus en Aries viene a sacarnos del estado de ensoñación y magia en el que estuvimos con Venus en Piscis. Se trata de un tránsito planetario que moviliza, agiliza, acelera, late. Ahora es tiempo de dar los pasos arriesgados, de pisar el acelerador de los deseos. Por más románticos que parezcan, los amores imposibles no son de su agrado. Las ba

Urano

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Los contactos entre el Sol y Urano generalmente se viven con mucha sorpresa, ya que la energía en cuestión es muy difícil de manejar. En algún sentido, el Sol se acuarianiza, si me permiten el término. Lo cual no tiene demasiado que ver con su naturaleza, que se domicilia, se halla en su salsa, en el signo opuesto: Leo. Si el Sol representa el ego, la vitalidad, el calor, el orgullo, la generosidad y la creatividad, Urano representa cualidades opuestas, pero también complementarias: lo otro, lo colectivo, lo eléctrico, lo accidental, lo rebelde, lo contestatario. Con el Sol conjunción Urano la energía circulante es novedosa, vanguardista, tecnológica. Podemos, por ejemplo, cambiar el celular. Adquirir un artefacto electrónico nuevo o lidiar con uno viejo que deja de funcionar. Se dan muchos desperfectos, en todo sentido. Urano descompone, desconecta, desestabiliza, desarregla, desorienta. Pero no para estancarnos, al contrario: siempre nos trae salidas inesperadas, la mayoría de las