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Acuario

Aunque suene paradójico, Acuario es a la vez tecnología y medio ambiente. Progreso y naturaleza. Es moderno pero esotérico. Original pero grupal. Y así con todo. Porque hablar de Acuario es hablar de lo imprevisible. La desconexión, la ruptura, el cambio, la superación, la liberación. Todo lo que queremos sostener por nuestro apego egoísta, Acuario nos lo quita. Nos pone en situaciones a veces extremas para que entremos en acción y podamos mejorar nuestra vida con su energía renovadora.

Con la Luna en Acuario se rompió una silla que hacía tiempo tenía en mente cambiar pero por razones de comodidad nunca lo hice. Eso es Acuario: algo que nos saca de lo fácil, lo establecido, lo que muchos psicólogos, gurúes y libros de autoayuda llaman zona de confort. Recuerdo que con la misma Luna acuariana bajé a abrir la puerta del edificio y vi a muchos vecinos del lado de afuera sin poder entrar: había dejado de funcionar la cerradura electromagnética. Tuve que abrirles por la cochera y enseguida nos pusimos a llamar a la empresa encargada del mantenimiento. Esto también es Acuario: la manera en que nos mancomunamos buscando situaciones que trasciendan el interés personal para favorecer el interés colectivo. 

Desde un punto de vista tradicional, Acuario es un signo regido por Saturno y, para la astrología moderna, por Urano. Los planetas que rigen a un signo tienen mucho que ver con sus energías, por eso es importante conocer su naturaleza. Saturno es el maestro de los límites, los obstáculos, la realidad, los objetivos, la ley y el tiempo. Al ser un planeta asociado a Capricornio y a la tierra, Saturno fuerte en cualquier carta capricorniza, por decirlo de alguna manera. Sin embargo, en Acuario esta energía adquiere esas características en un plano más mental, debido al elemento aire del signo. 

Así es que muchos acuarianos sobresalen en la ciencia y la tecnología: son mentalmente objetivos, persistentes y disciplinados, con gran sentido del tiempo y capacidad de cálculo. El otro planeta, Urano, les otorga un cariz más asociado a lo disruptivo, cambiable y revolucionario. En este sentido, la vida y la conducta de los Acuario siempre están sorprendiéndonos. Es un planeta eléctrico y se lo asocia a la tecnología y los avances, por eso cuando está mal aspectado puede haber accidentes en estas áreas. No nos olvidemos que además Urano es en la mitología el dios de los cielos, y por eso todas las actividades relacionadas se las considera acuarianas: aviación, astronomía, astrología, meteorología. 

Las facultades intelectuales de los acuarianos son muy altas. Muchos astrólogos, incluido el célebre Alan Leo, consideran a Mercurio (el planeta asociado a la mente) exaltado en Acuario. La velocidad acuariana para captar los conceptos, resolver ecuaciones y solucionar problemas es admirable. Es el signo de los genios, los innovadores, los matemáticos y los músicos. Un claro ejemplo de esta perfecta mezcla de matemática y fantasía la encontramos en Lewis Carroll, el creador de Alicia en el País de las Maravillas. En el campo de la ciencia destacan, entre tantos, Thomas Edison y Charles Darwin. En la música, Mozart, Schubert y el gran director de orquesta alemán Furtwängler. 

El plano emocional no es fácil para Acuario. Es un signo que necesita aire y libertad en sus relaciones y, como ya dijimos, su energía muy ligada a los cambios y giros inesperados condicionan sus posibilidades de estabilidad en el plano afectivo. Por eso los acuarianos priorizan tanto a sus amigos en sus vidas. Es una manera de trascender el ego personal (asociado a su signo opuesto, Leo) y evitar un compromiso más íntimo. Además, en el plano amoroso necesita un fuerte estímulo mental. Es muy probable que las parejas de los acuarianos hayan sido en primer lugar amigos, o compartido intereses particularmente intelectuales. Ellos valoran más que nadie las ideas y expresan su afecto a través de ellas. Muchos astrólogos asocian a Acuario y especialmente a Urano con la homosexualidad, ya que su energía rige lo extraño, excéntrico y todos los asuntos que caen fuera del común denominador. Más apropiado sería decir que los acuarianos no suelen tener relaciones dentro de un marco demasiado convencional o tradicional. Por eso también los tránsitos de Urano sobre la carta natal abren la posibilidad de nuevas relaciones, excitantes y renovadoras, pero de ninguna manera estables en el tiempo. Justamente este es el desafío para ellos: profundizar, estabilizar los vínculos. Pueden lograrlo, como los demás signos fijos, tienen recursos para acumular energía en una dirección. Por lo que a nosotros respecta, tomemos la lección que nos plantea Acuario y tengamos la posibilidad de vivir una experiencia emocional en constante renovación, que nos saque del letargo de la rutina y nos libere de viejas ataduras. Después de todo, es lo que mejor saben hacer: transformarnos.